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prolapso uterino

22 October 2025
Paul Grandemange Fisioterapeuta especializado en rehabilitación perineal

El término prolapso tiene un origen latino y significa “caída”. Hoy en día se define como el descenso de uno o más órganos de la pelvis pequeña hacia la pared vaginal. Cuando es el útero el que desciende, entonces hablamos de prolapso uterino. Este descenso de órganos provoca en las mujeres sentimientos de vergüenza y malestar pélvico. Sin embargo, es un tema del que se habla poco y que muchas veces queda mal diagnosticado.

¿Cómo detectar el prolapso uterino?

El prolapso uterino, también llamado histerocele, a menudo está relacionado con una falla del piso pélvico. Compuesto por tejidos musculares y ligamentos adheridos a la pelvis, se asemeja a una hamaca que, una vez distendida, ya no retiene suficientemente los órganos en su lugar original.

Diagnosticar un descenso del útero.

Se estima que una elevada proporción de prolapsos se diagnostican demasiado tarde, a menudo por falta de conciencia o vergüenza. Entonces no queda otra opción que recurrir a la cirugía. 

Es importante hacer una diagnóstico temprano de esta patología. Cuanto antes se descubra el prolapso, más eficaz será su tratamiento. Los prolapsos más comunes son el cistocele (descendente de la vejiga) y el rectocele (descendente del recto). Las otras variaciones son más raras. Por lo tanto, reaccionar rápidamente es esencial. 

¿Cuáles son los diferentes tipos de prolapso uterino?

Existen tres cursores para establecer el grado y la gravedad de un prolapso:

1/ Principiante. Es decir, todavía ocurre en la parte superior de la vagina.

2/ A nivel de el orificio vulvar sin ir más allá

3/ externalizado pasando el orificio vulvar. Se trata de una situación especialmente preocupante, ya que el órgano afectado es parcialmente expulsado del cuerpo.

¿Cuáles son los tratamientos efectivos para tratar el prolapso uterino?

Los tratamientos para curar el prolapso uterino dependen de la gravedad de los síntomas y el condición física del paciente. Las opciones más comunes son:

  1. rehabilitación perineal : del ejercicios de fortalecimiento los músculos del suelo pélvico pueden ayudar a sostener mejor los genitales y reducir los síntomas;
  2. EL pesarios : son dispositivos que se insertan en la vagina para sostener el útero y reducir los síntomas del prolapso uterino;
  3. EL terapias hormonales : a veces se pueden prescribir tratamientos hormonales para fortalecer los tejidos pélvicos;
  4. Cirugía : en los casos más graves, un operación para tratar el descenso de órganos puede recomendarse para reparar o dar soporte a los tejidos debilitados.

Es fundamental consultar a un profesional sanitario para obtener un diagnóstico preciso y analizar opciones de tratamiento adaptadas a cada caso individual.

¿Quién puede sufrir un prolapso uterino?

Las estadísticas muestran que, en promedio, una o dos mujeres de cada diez tienen probabilidades de someterse a una cirugía de prolapso durante su vida y que el riesgo aumenta con la edad. Se trata de una patología típicamente femenina ya que los hombres siempre están exentos de padecerla, salvo en los raros casos de cirugía rectal.

prolapso posparto

Entre las principales causas del prolapso genital, podemos citar las complicaciones del parto (bebé pesado, episiotomía, desgarros, parto con fórceps), pero también las del posparto: cargas pesadas demasiado pronto después del parto o reanudación de la actividad física antes de las 6 semanas. Pero esto no es sólo prerrogativa de una madre que acaba de tener un bebé. 

Menopausia e histerocele

Se habla menos de ella, pero esta patología también afecta a deportistas y mujeres en la edad de la menopausia. Las variaciones hormonales y la deficiencia de estrógenos inducida por la menopausia es otro factor que favorece el prolapso.

Finalmente, en otras edades de la vida, los trastornos alimentarios que generan deficiencias nutricionales o, en cambio, la obesidad, se añaden a la lista de posibles causas.

Deporte y prolapso

Las mujeres que practican deportes activos como corredores de maratón ven aumentar el riesgo de prolapso. Los fuertes empujones a la altura del cinturón abdominal inciden directamente sobre el suelo pélvico, que luego se debilita.

Prolapso uterino y herencia.

Más raramente, el prolapso puede ser transgeneracional. Al menos, una de sus causas es: la anomalía del tejido muscular provocada por determinadas enfermedades hereditarias. Sin embargo, estos son casos raros.

A esto se suma una noción primordial, que es la de que el prolapso, uterino o no, es una palabra tabú, ese “prohibido” del que no podemos hablar y que permanece anclado incluso en nuestras sociedades modernas.

A pesar de la liberación gradual de las voces de los pacientes y de la profesión médica, sigue habiendo una gran falta de comprensión entre las mujeres. Si acogemos con satisfacción la creación, en 2020, de una página informativa específica en el sitio web del Seguro Médico – Ameli.fr –, todavía queda un largo camino por recorrer para que el público en general comprenda realmente qué es el prolapso.

En definitiva, ¡no esconder la cabeza en la arena y aceptar dejarse acompañar es la mejor manera de afrontar un prolapso!

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