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El elogio de una libertad maternal asumida

A sus 30 años y madre de dos niños pequeños, Charlotte encarna la nueva generación de madres que reivindican una maternidad sin complejos.
Actualmente en pausa profesional, disfruta de esta «libertad que ha elegido tomar» para disfrutar de sus hijos.
¿Sus pasiones? Las actividades culturales, los viajes y, sobre todo, el tiempo que pasa con su familia.
Conozcamos a una madre curiosa, activa y golosa.

Charlotte_Emy_libre_etre_vous

Una fan de Emy Pump!

Su motivación para participar en la campaña «Libre de ser tú misma» es tanto personal como práctica: tras probar el sacaleches manos libres, lo considera un auténtico «cambio de vida» que ofrece «una gran libertad».
Se siente investida de una misión: dar a conocer esta innovación para liberar a otras madres de la limitación física que supone la lactancia materna.

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Una fan de Emy Pump!

Su motivación para participar en la campaña «Libre de ser tú misma» es tanto personal como práctica: tras probar el sacaleches manos libres, lo considera un auténtico «cambio de vida» que ofrece «una gran libertad».
Se siente investida de una misión: dar a conocer esta innovación para liberar a otras madres de la limitación física que supone la lactancia materna.

Libertad y elección asumidas

Para Charlotte, «ser libre de ser uno mismo significa asumir plenamente las propias decisiones». Esto se manifiesta en el derecho a amamantar sin restricciones físicas o mentales y en la denuncia del juicio ajeno.
Ella ve su libertad como «una especie de compromiso, casi una reivindicación».

Aunque se siente libre en su día a día, reconoce que su decisión de tomarse un descanso profesional puede ser difícil de asumir. Lamenta la falta de reconocimiento social de esta decisión y la presión constante de la sociedad para que se reincorpore rápidamente al trabajo.

Como mujer, reivindica el derecho a tomarse un descanso para cuidar de sus hijos, ya que considera que los padres son los «más indicados» para hacerlo, lejos de la presión de las 35 horas de guardería a partir de los tres meses.

Maternidad: benevolencia en lugar de presión

Entre su primer y su segundo hijo, Charlotte experimentó un cambio importante: mientras que había llevado a su hijo mayor a la guardería a los tres meses (y había vuelto a trabajar a tiempo parcial), se negó a hacerlo con el segundo, por el deseo de disfrutarlo «aún más».

El impacto de la maternidad en su cuerpo fue inicialmente «desestabilizador» ante los rápidos cambios. Sin embargo, esto se transformó rápidamente en una forma de «dejar ir» y de benevolencia.

Se dijo a sí misma que tendría todo el tiempo del mundo para perder los kilos después del parto, ya que lo esencial era la salud del niño.

Charlotte se siente bastante preparada y aplaude la libertad de expresión en torno al posparto y el hecho de que sea normal no sentir inmediatamente la «ola de amor» por su bebé.

Su confianza en sí misma se ha forjado a través de la lectura, pero sobre todo a través de una forma de humildad: «Cada uno lo hace a su manera, como puede [...] no hay un método perfecto ni una receta milagrosa».

La mirada de los demás y el mensaje a las generaciones futuras

Hoy en día, la opinión de los demás «no le importa», aunque reconoce que hay que ser «un poco hermética a los consejos y opiniones de los expertos autoproclamados».

Su mensaje a la «Charlotte más joven» es optimista:

«Se pueden tener hijos y seguir teniendo una vida normal y divertida».

Ser madre también te hace más humilde y te permite comprender mejor a tus propios padres.

Por último, lanza una advertencia a la nueva generación en las redes sociales: «Hay una gran diferencia entre lo que se puede mostrar en las redes y la vida real».

Su último consejo es que confíes en ti misma y te escuches profundamente:

«Si sentimos que una decisión es adecuada para nosotros, debemos decirnos a nosotros mismos que es la decisión correcta».